Tal vez sean los trabajos efectuados en la barrera y la contrabarrera, los que dan una idea más inmediata del trabajo realizado por el Taller de Empleo, al ser más vistosos y llamativos, como queda evidenciado en las fotos que anteceden estas líneas.
Previamente a este resultado hay un trabajo muy minucioso. Primero por parte de los monitores que han tenido que replantear la barrera, e idear los encofrados metálicos necesarios para realizar el murete de hormigón por tramos y formando un círculo perfecto; y luego, por parte de los alumnos-trabajadores, que lo han ejecutado con el máximo esmero y cariño,...y todo A MANO (demolición de cimentaciones anteriores, zanjeo para cimentación corrida de la nueva barrera, colocación de armaduras, elaboración, vertido y vibrado de hormigón, movimiento y colocación de encofrados, etc.)
No puedo acabar estos comentarios sin referirme una vez más a la entidad promotora del taller, el Ayuntamiento de Villamayor, cuya ayuda y apoyo ha sido muy importante a lo largo de estos meses, pero que en esta última fase ha sido fundamental. Su actitud positiva aportando ideas, facilitando medios y contribuyendo a completar los trabajos de la plaza en medios y materiales que van más allá de las posibilidades del taller, ha sido fundamental para que la plaza luzca como puede verse en este blog.
También podrán apreciarlo así todos aquellos que lo deseen en la misma plaza, el próximo día 26, fecha en que se abrirán las puertas a los villamayorenses para que comprueben el buen hacer de sus convecinos, los participantes en el Taller de Empleo “Plaza de Toros”.
Por supuesto, también habrá cosas mejorables, y habrá quien las diga. Respecto a esto, tened en cuenta lo que ya escribió Cervantes, y salvando las distancias, aplicadlo a esta obra:
“Pero yo, que, aunque parezco padre, soy padrastro de “Don Quijote”, no quiero irme con la corriente del uso, ni suplicarte, casi con las lágrimas en los ojos, como otros hacen, lector carísimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres; y ni eres su pariente ni su amigo, y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedrío como el más pintado, y estás en tu casa, donde eres señor d’ella, como el rey de sus alcabalas, y sabes lo que comúnmente se dice: que debajo de mi manto, al rey mato. Todo lo cual te esenta y hace libre de todo respecto y obligación; y así, puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calunien por el mal ni te premien por el bien que dijeres d’ella.”

Vale.
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